La serenidad de Mattia Binotto para afrontar un año vertiginoso, prometedor y, al cabo, profundamente desalentador de Ferrari parece haber colmado la paciencia de los jerarcas del Grupo Stellantis (liderado por John Elkan, nieto del patriarca Agnelli, y CEO también de la marca Ferrari). 

También preocupa a Elkan el modo como se gestionó el techo presupuestario (deteniendo el desarrollo del auto 2022 cuando no se había llegado ni al verano europeo: ya no había más guita, si se quería apostar al coche de 2023, que era el gran objetivo de Ferrari para realmente pelear los dos campeonatos). Ya suenan para reemplazarlo el talentoso Frédéric Vasseur, creador de ART, la escudería más exitosa de la historia de la Pirámide de monoplazas FIA; y Antonello Coletta, que lidera Ferrari GT.

Binotto, extraordinario motorista que dio dos motores de fábula a la Scuderia en los últimos cuatro años (el ilegal de 2019; el competitivo de 2022, obligado a reconstruir su concepto de cero en sólo dos años) se vio desbordado en sus funciones casi dictatoriales como jefe de la Scuderia, una herencia de la Era Arrivabene (un jefe de equipo deportivo), y se lo perdió para lo más fuerte que tiene: lo técnico. Así, Ferrari perdió un director técnico real y terminó repartiendo funciones en una tríada para 'ayudar' a Binotto; no ayudó a la sensación de vacío en Ferrari este año la contradicción entre las gigantescas potestades en manos de Binotto y su inexpresividad cumpliendo esa función autocrática (un fenómeno con muchos parangones en la Historia Universal).

La sensación es que Ferrari no dejará a Binotto como mero director técnico (salvo que llegue alguien con las espaldas de Vasseur y no quiera seguir regalándoles talento a las demás escuderías top, como hizo Ferrari en la época de Arrivabene), y se perderá con él una manera de trabajo y un equipo de gente que puso de nuevo a Ferrari en pie de guerra dos veces en cuatro años; para nada  poco.

El favorito para llegar es Fréderic Vasseur, según el periodista italiano Leo Turrini. Además de ser el factótum de ART (un Christian Horner en más grande), el francés comenzó la reconstrucción de Renault en la F1 antes de salir eyectado por el ego de Laurent Rossi cuando el francés convirtió al equipo en Alpine. Después se ha dedicado a sacar a flote a Sauber (con el nombre comercial de Alfa Romeo, pero en manos de un inversor escandinavo que ya vendió la estructura a Audi) sin dinero, toda una proeza. Además, Vasseur fue el factótum técnico de ART, cuyo principal capitalista fue Nicholas Todt... representante de Charles Leclerc, además de hijo de Jean Todt, expresidente de la FIA y el mejor jefe 'político' de equipo que tuvo Maranello desde don Enzo. Y fue el primer jefe de equipo del veloz pero ciclotímico joven monegasco.

Sin embargo, surgen dos preguntas: 1) si Vasseur está en condiciones contractuales de irse a Ferrari; 2) si será más tentador para el francés llevar a Ferrari a la gloria o construir desde cero a Audi. Para la mentalidad de Vasseur (una especie de Bielsa del automovilismo deportivo), quizá sea más atrayente la segunda; pero Ferrari es la mayor oportunidad para cualquier jefe de equipo (es como que te llame el Real Madrid en fútbol, siguiendo con las comparaciones futbolísticas).

La Scuderia salió rápidamente a desmentir los rumores, pero: 1) estos salen al menos de dos fuentes; 2) recogen negociaciones de Elkan con Vasseur desde por lo menos el verano europeo. En próximas semanas se sabrá la verdad.