El 5 de septiembre del 2021, cuando apenas se habían disputado un par de minutos del encuentro entre Brasil y Argentina correspondiente a las Eliminatorias para Qatar 2022, un grupo de agentes sanitarios y otros del área de migraciones ingresaron al terreno de juego con la intención de detener a algunos futbolistas, que, según ellos afirmaban, no habían cumplido con el proceso de cuarentena necesario para aquellos que venían de Inglaterra.

Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente: determinaciones de CONMEBOL y FIFA, apelaciones ante organismos de justicia deportiva, programaciones, reprogramaciones y hasta potenciales cambios de sede. Aunque algo no se modificó, el partido jamás se jugó y pareciera que no va a jugarse. Brasil le pedirá a la FIFA que dicho partido no se dispute.

Para ambas selecciones era un partido problemático. La cuestión del apretado calendario se sumaba al hecho de tener que afrontar un clásico, con el costo deportivo que tiene un mal resultado, sin poder arriesgar a los habituales titulares, no sólo por cuestiones físicas, sino porque además, cualquier sanción disciplinaria tendría consecuencias en el Mundial.

El partido, que no alteraría ni las clasificaciones ni las posiciones de la Eliminatoria Sudamericana, resulta un inconveniente para el scratch, que tiene en agenda dos partidos programados para la ventana de septiembre, la señalada en principio para jugar con Argentina, en Europa. 

La semana pasada, en el aeropuerto de Ezeiza, el técnico de la Albiceleste, Lionel Scaloni, había manifestado su incomodidad respecto de la incertidumbre que generaba este encuentro: "Nos está trastocando los esquemas con este tema. Estamos a un mes y medio de esa fecha y no sabemos con quién vamos a jugar ni dónde vamos a jugar. Es difícil de entender que la FIFA no tome una decisión”.

En un comunicado, la Confederación Brasileña de Fútbol hace referencia a un acuerdo con la AFA para pedir la suspensión del encuentro y al hecho puntual de que Tité, el director técnico de la Verdeamarela, haya sido uno de los principales impulsores de esta decisión.