Cuando transcurrieron 15 minutos del segundo tiempo, se desató una tremenda batalla campal dentro del estado del Querétaro, que en campo de juego se enfrentó al Atlas, y el árbitro Fernando Guerrero tuvo que detener el partido, cuando los espectadores ajenos a la pelea decidieron medirse en el campo de juego para protegerse.

Inmediatamente , los jugadores salieron del campo de juego. La policía se debatió entre la inacción y el verso superada por la cantidad de personas involucradas en la pelea y los diversos lugares donde se dieron las peleas entre grupos de cada club.

El presidente de la Liga MX, Mike Arriola, anunció que se sancionará a los culpables de la pelea y condenó la violencia en el fútbol mexicano: "Inadmisible y lamentable la violencia en el estadio la Corregidora de Querétaro. Se castigará ejemplarmente a los responsables por la ausencia de seguridad en el estadio. La seguridad de nuestros jugadores y afición es prioridad", escribió.