La principal autora intelectual del intento de magnicidio de Cristina Kirchner, Brenda Uliarte, había mantenido conversaciones momentos después del atentado con el líder de la Banda de los Copitos, Gabriel Carrizo.

Después del fracaso de parte de Fernando “Nando" Sabag Montiel de asesinar a la Vicepresidenta, Uliarte mantuvo un diálogo con Carrizo  y aseguró: 

-“La próxima voy y gatillo yo, ‘Nando’ falló. Yo sí sé disparar bien, no me tiembla la mano”

-“¿Querés hacerlo?”, quiso saber Nicolás Gabriel Carrizo

-“Te juro que sí. Y no me va a fallar el tiro. Pero hay que pensarlo bien. Pasa que Nando no tiene mucha práctica. Le tembló el pulso”, respondió.

Estos mensajes fueron detectados en el celular de Carrizo, según investigadores de la causa, unos instantes después de que Montiel quisiera darse a la fuga sin éxito y fuera apresado el 1 de Septiembre. Los mismos sirven de pruebas que podrían derivar en que los acusados sean llamados nuevamente a declarar.

La Jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo llevan adelante la causa contra Uliarte y Montiel ambos procesados, y de la cual también es querellante la propia Cristina Kirchner. La situación de Carrizo aún esta en suspenso por parte de la justicia.

Según se descubrió en las conversaciones posteriores al intento de Magnicidio, Uliarte en un tono furioso le dice a Carrizo que pretendía terminar lo que Montiel no pudo, asesinar a Cristina. A su vez ambos estaban intranquilos de que la justicia pudiera llegar a ellos a través de la detención de “Nando” Sabag Montiel, ya que Brenda le Dice al líder de los Copitos: “hagámonos los pelotudos” porque “vamos a caer todos en la volteada”.

Entre los dichos de Uliarte y Carrizo se deja ver que buscaban la forma de desvincularse de Montiel, ya que ella había sido reconocida como la novia del homicida y pretendía desaparecer, segura de que no la encontrarían. A su vez, creían que blanqueándose ante el público quedarían eximidos al decir: “Lo único real es que Nando la intentó matar y tenemos que hacer algo para no caer como sospechosos de complicidad”.

La jueza Capuchetti tiene a su cargo las pruebas que involucran a Carrizo, a Uliarte y a su amiga Agustina Díaz de 21 años que también terminó presa, quien declaró que solo le seguía la corriente a su amiga pero que no la creía capaz de llevar a cabo el plan, y la catalogó como "fabuladora, fantasiosa, delirante y manipuladora” . La joven queda a la espera de ampliar su declaración bajo la defensa de Marcelo Herrera y Javier Molina.