La fortuna le sonríe al Rey de Copas. Tras un logro importante como la clasificación a la semifinal de la Copa de la Liga, consiguió quedar al borde de avanzar también en la Sudamericana. En un partido en el que se jugaba mucho, consiguió ganarle 1 a 0 a Bahía sobre el final con un gol en contra de Thonny Anderson y quedó a un punto de la clasificación, pese a haber sido muy superado en el segundo tiempo.

El Rojo propuso un partido con tenencia de pelota y no quiso esperar. Pero, el visitante tuvo una idea similar, le disputó el partido y consiguió adueñarse durante tramos más largos de la pelota.

El conjunto de Avellaneda careció de cambio de ritmo y se tornó un tanto predecible. A partir de ello, el equipo brasileño pudo generar algunas acciones de peligro como un cabezazo de Gilberto que se fue pegado al palo derecho de Sebastián Sosa.

El local recién tuvo su primera ocasión a los 18, con un remate muy lejano de Sebastián Palacios al que el arquero Douglas respondió de manera endeble pero de todos modos consiguió mandarla al córner.

La más clara del primer tiempo también fue para el equipo visitante: un veloz contraataque por la derecha armado por Rossi y Nino Paraíba que terminó con un centro bajo del primero para Thaciano que ingresó solo por el centro del área y definió muy arriba.

El equipo de Julio César Falcioni tuvo su mejor pasaje en el juego durante los últimos 15 minutos de la primera mitad pero no pudo generar chances claras. Atacó mucho por la derecha con Palacios y Fabricio Bustos, pero las terminó todas muy mal.

En el entretiempo, el entrenador sacó a Lucas González y puso a Adrián Arregui. El equipo, lejos de controlar mejor la mitad de la cancha, perdió la pelota y se mostró descompensado para atacar y defender.

La debilidad del local hizo crecer a los brasileños. A los 14, Juninho, nuevamente de cabeza, tuvo una clarísima. Sosa salió muy mal y el defensor cabeceó con todo el tiempo del mundo, pero no acertó al arco.

Como nunca, en los 25 minutos iniciales del segundo tiempo, el Rojo la pasó mal. Corrió atrás de la pelota y fue claramente superado. No pudo hacer pie y la pasó realmente mal. A los 20, otra vez, Juninho lo tuvo de cabeza pero la tiró por arriba del travesaño. Bahía mostró una superioridad poco habitual en estos tiempos, más propia de las viejas copas.

El equipo argentino jugó en su área durante más de 25 minutos, y a diferencia de otros partidos, no por decisión propia, sino por la imposición del rival. En los 15 minutos finales, el Rojo se despertó. Volvió a hacerse de la pelota después de mucho tiempo y nuevamente complicó por el sector derecho.

Con Jonathan Menéndez como el mejor exponente, tuvo desborde nuevamente. A falta de siete minutos, Independiente se encontró con un gol absolutamente vital. De una pelota parada, Alan Velasco ejecutó, el arquero Douglas salió y despejó contra el cuerpo de Thonny Anderson a quien además se chocó. La pelota ingresó lentamente y sin oposición.

El equipo de Falcioni aguantó lo que quedó, no sin sufrir. El resultado, a pesar del rendimiento que significa un paso atrás respecto del último partido, le viene de maravilla. En la última fecha enfrenta al débil Guabirá, que ya está eliminado, en condición de local. Solo con empatar se asegura la clasificación a los octavos de final, sin importar el resultado de Bahía y Torque.