“Ahora está con suero y sedado. No pudimos conversar porque estaba muy shockeado”, enfatizó Gastón Severo sobre Alfonso, su padre, quien apareció en la localidad bonaerense de Piñeiro, en Avellaneda, en las últimas horas.

“Dos personas armadas lo interceptaron y lo secuestraron”, dijo Gastón que le contó su progenitor.

“Lo vi, nos abrazamos y lloramos juntos”, sostuvo sobre el momento del encuentro, tras confirmar que vio a su padre “golpeado, con las muñecas quemadas por los precintos que tenía”.