En otoño de 2021, un grupo de geólogos hizo un descubrimiento sorprendente en el fondo de la bahía de Mecklemburgo, Alemania. Se encontró una hilera de piedras de casi 1 kilómetro de longitud, a una profundidad de 21 metros. Esta alineación de aproximadamente 1.500 piedras parecía tan regular que resultaba improbable que tuviera un origen natural.