En las últimas horas, los organizadores del GP de Mónaco anunciaron triunfalmente la renovación de su vínculo con la F1 al menos hasta 2025. Parecía un triunfo en toda línea de la resistencia del Automóvil Club de Mónaco a perder privilegios que siempre le otorgó la FIA para garantizar su presencia en el calendario. Pero en esta F1 cada vez más recostada hacia el espectáculo, el circuito de Monte Carlo genera resistencia en pilotos y público como la carrera más aburrida del año.