Sorepresivamente y tras la presentación del gobierno argentino de su informe sobre derechos humanos, en el que fustigó ferozmente al Poder Judicial y en especial a la Corte Suprema de Justicia, las Naciones Unidas emitieron una serie de tuits donde le piden al país que “asegure la plena independencia del Poder Judicial”, entre otros tópicos.

El secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, había asegurado ante el organismo que: "Las estrategias de persecución, cuya finalidad última es la proscripción de figuras centrales del escenario político, son ejecutadas en la práctica por jueces y fiscales que visitaban asiduamente al ex presidente, tanto en su residencia oficial como en sus residencias privadas, lo que demuestra la espuria convivencia entre ambos sectores y la continuidad de una política de hostigamiento que afecta los principios democráticos de nuestro país, en especial aquellos que hacen a la independencia e imparcialidad con la que deben actuar el Poder Judicial de la Nación y los Ministerios Públicos”, indicó.

Pero, las Naciones Unidas, salieron a recomendar enfáticamente a la Argentina que: "asegure la plena independencia del Poder Judicial y de los fiscales” y que “designe un Defensor del Pueblo nacional”. Por otro lado, requirió que garantice los “derechos de los pueblos indígenas”, la “asistencia a los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo” y el combate a “la discriminación contra personas LGBTIQ+”.

Las recomendaciones surgen de la evaluación que los miembros de la ONU hicieron de la presentación argentina, que, está a la vista, hicieron caso omiso a todo el relato de Pietragalla sobre el ataque del Poder Judicial sobre los políticos y se centraron en las verdaderas falencias de los derechos humanos en el país.