El presidente Alberto Fernández tiene decidido llamar a sesiones extraordinarias al Congreso, para tratar el pedido de juicio político al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rossati, y tomaría dicha medida en lo inmediato.

En la Casa Rosada, saben que podrían darle vía libre al pedido en la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados, que es la Cámara acusadora, dado que allí no se requiere una mayoría especial y basta con una firma más en el dictámen.

En tal comisión el oficialismo tiene 16 miembros sobre 31 totales, con lo cual tiene asegurada la firma del dictámen acusatorio. La presidenta de dicha comisión es la entrerriana del Frente de Todos, Carolina Gaillard.

Pero luego, en el recinto, para aprobar la acusación, requiere los dos tercios de los miembros presentes. La Constitución Nacional tiene dos mayorías agravadas similares: en algunos casos requiere los dos tercios de la totalidad de los miembros (por ejemplo para declarar la necesidad de la reforma de la propia Constitución) y en otros caso, como en el de juicio político, los dos tercios, pero de los presente (en el juicio político).

En condiciones normales el gobierno no podría tener esos dos tercios de ningún modo, pero la estrategia es crear confusión, llamar a extraordinarias de modo repentino y que varios diputados opositores no estén en el país o no puedan volver de sus vacaciones. 

En este momento, silenciosamente, están buscando asegurarse en que fecha, todos sus diputados estén disponibles para no tener falencias propias en la asistencia. Con todos los suyos y algunas defecciones de la oposición, mas algún aliado, podrían anotarse una victoria inesperada.