El presidente Alberto Fernández anunció ayer, antes de viajar a Brasil para la asunción del presidente electo, Lula Da Silva, que impulsará los mecanismos para llevar a juicio político al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti.

El titular del Poder Ejecutivo lo anuncio mediante una comunicado, que en una de sus partes raza: “En los últimos meses hemos visto un avance inadmisible del Poder Judicial de la Nación sobre los otros poderes de la Argentina. Diversas publicaciones jamás contradichas, han dejado al descubierto lo que desde hace mucho tiempo vengo advirtiendo: el vínculo escandaloso entre parte de la política y la Justicia. Ya no necesita de ningún análisis especial. Las conductas, los diálogos entre funcionarios judiciales y políticos de la oposición en los que se anticipan decisiones y recomiendan fundamentos políticos para ser usados a la hora de decidir judicialmente casos con trascendencia institucional indudable, han quedado impúdicamente expuestos ante el asombro generalizado”, escribió.

Por otra parte, Fernández anunció que: “He convocado a los señores gobernadores que acompañaron al Estado Nacional en su planteo contra la Ciudad Autonoma de Buenos Aires para que, en conjunto, impulsemos el juicio político al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Horacio Rosatti para que se investigue su conducta en el desempeño de sus funciones. También requeriremos que se investiguen las conductas de los restantes miembros del máximo tribunal”, hizo saber el presidente.

Asimismo,  indicó: “También ordenaré al señor Ministro de Justicia y Derechos Humanos que promueva las acciones penales pertinentes para que se investiguen los presuntos hechos de corrupción que involucrarían a funcionarios de la ciudad de Buenos Aires con empresarios contratistas de ese estado autónomo”.

El kirchnerismo tiene antecedentes fuertes en materia de juicio político a los jueces de la Corte. Al asumir Néstor Kirchner en 2003 y con Alberto Fernández como jefe de Gabinete, se inició juicio político a los 5 jueces de la llamada “mayoría automática”, se logró la destitución de uno de ellos y la renuncia de otros cuatro. Luego, la emprendieron contra Carlos Fayt, el único al que no lograron doblegar. 

En aquellos tiempos, Rosatti y Fernández eran compañeros en el gabinete de Kirchner. El hoy magistrado era ministro de Justicia, y Alberto, jefe de Gabinete.