La portavoz de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, afirmó en la conferencia de prensa semanal por parte del Gobierno que la normativa sobre las elecciones primarias (PASO) “Está vigente y es una buena ley”. De ese modo, Cerruti descartó que el jefe del Estado pueda ceder a la “sugerencia” de sectores del kirchnerismo y el massismo para armar una “mesa de diálogo”.

“El Gobierno sostiene que hay una ley vigente, es una buena ley. El proceso de convocatoria a las PASO, está en marcha porque es el año que viene. Es una buena ley que implica más democracia, más participación. Es una ley que acompañamos en el momento en que fue votada y nos parece que en un momento en el cual muchos actores políticos están intentando generar situaciones antipolíticas o el descreimiento de la gente de la política; cuanto más discusión y participación haya, mejor es”, abundó la portavoz. 

Asimismo, respaldando la decisión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, el diputado Leandro Santoro, una de las espadas albertistas en la Cámara baja, aseguró que “no van a alcanzar los números en el recinto para discutirlo, por lo cual la discusión es al pedo”.

Fuentes cercanas al presidente interpretan que los números para dar el debate legislativo no están, a pesar de las presiones del kirchnerismo y Sergio Massa por revisar las PASO. Entre los que rechazan una reformal electoral está: un puñado de votos por parte de los legisladores del Frente de Todos, que tributan a la Casa Rosada, (serían 10 sobre 118, aproximadamente), al bloque de Juntos por el Cambio, a los libertarios de Javier Milei y a la izquierda dura, que por distintas razones también se niegan a discutir modificaciones al cronograma electoral. 

“Y algunos de La Cámpora que quieren competir en sus distritos tampoco quieren”, retrucó otro referente cercano a Fernández, que sueña con una eventual reelección. La disputa por continuar o no las PASO es uno de los principales cortocircuitos entre albertistas y la alianza táctica que hoy entre el cristinismo y Massa.

“El Presidente en todo caso tiene que llamar a la mesa política del Frente de Todos para fijar una única posición. No lo digo desde la cosa imperativa, lo digo desde la cosa inteligente. Hay cosas que en la coalición las tenemos que discutir cara a cara en una mesa, a puertas cerradas”, consideró Massa hace dos días a El Destape, con un argumento parecido al que esgrimiera horas antes el ministro del Interior, Eduardo de Pedro.

Sin embargo, Fernández, vía Cerruti, le cerró la puerta a los pedidos de diálogo, al menos por el momento. “No está emperrado. Sí firme en sus convicciones y demostrando que la última palabra la tiene él”, afirmó a LA NACION otro funcionario con despacho en la Casa Rosada, lejos del kirchnerismo duro y del massismo.  Asimismo, durante su visita a Brasil para celebrar la victoria de Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente aseugró que “los procesos electorales deben ser debidamente respetados”.