El karateca Osvaldo Martínez, acusado del cuádruple homicidio descubierto el sábado en una casa de La Plata, se declaró inocente al afirmar que estaba durmiendo al momento de los crímenes, pero igual quedó formalmente detenido.

La principal hipótesis de los investigadores es que el imputado decidió matar a su novia, Bárbara Santos (29) cuando fue a su casa y se enteró de que iba a salir con su amiga Marisol Pereyra (35). Por eso se cree que, en la medianoche del sábado, cuando Marisol llegó a la casa de calle 28, entre 41 y 42, Martínez la hizo pasar y una vez que estaban todas las mujeres dentro del departamento, cometió los homicidios.

El imputado contó que desde las 22 del sábado estuvo en su casa de Melchor Romero durmiendo y que se levantó alrededor de la 1.30 para ingresar su auto, aunque hay testigos que lo ubican en la puerta de la casa de las víctimas. Sobre su relación con su novia, contó que no tuvo peleas, sino “sólo algunas discusiones por mensaje de texto” y que se enteró del hecho cuando la Policía lo interceptó saliendo de su casa el domingo al mediodía y quedó demorado.

Martínez dijo que los rasguños de su brazo, que se asemejan a signos de defensa, se los hizo “un perro” y respecto a unas pocas manchas de sangre que fueron halladas en su auto, las relacionó con carne que trasladó en el vehículo unos días antes.

El fiscal Garganta tuvo en cuenta a testigos que describieron al único detenido como “de carácter celoso y posesivo con su pareja” y dijeron que incluso “le controlaba sus salidas y amistades”. Según el fiscal, un vecino declaró que Martínez “abrió violentamente el portón de chapa, ingresó a la casa, cerró y apagó todo” y remarcó que “nunca (Martínez) abre el portón de ese modo violento, por lo que pensó que había chocado”.

Por Continental, el doctor Manuel Suárez Richards, ex profesor y actual consultor de la cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata, explicó que “el celoso patológico está convencido de que lo que hace está bien”. “En la mayoría de los casos, la persona que sufre este tipo de delirios admite que volvería a cometer el hecho que realizó”, puntualizó en Magdalena Tempranísimo.