Las tensiones entre China y Estados Unidos están altas. En una llamada telefónica muy esperada que duró más de dos horas el pasado jueves, Xi Jinping advirtió a Joe Biden que no "juegue con fuego" en relación a Taiwán, al referirse al posible viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la isla el próximo mes.

“Los que juegan con fuego perecerán por él. Se espera que Estados Unidos tenga los ojos claros al respecto”, dijo el presidente chino en un comunicado. También instó al país norteamericano a implementar los tres comunicados conjuntos que sirven de base para las relaciones entre los dos países “tanto de palabra como de hecho”. Xi prometió "resueltamente" salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial de China y dijo que esta es "la voluntad firme de más de 1.400 millones de chinos".

Esta no es la primera vez que Xi usa ese lenguaje para disuadir a Washington de apoyar públicamente a Taipei. En noviembre pasado, Xi también advirtió al presidente de EE. UU. en una cumbre virtual que China estaba preparada para tomar “medidas decisivas” si Taiwán realiza algún movimiento hacia la independencia que cruce las líneas rojas de Beijing.

En respuesta al comentario de Xi sobre Taiwán, Biden reiteró la política de Washington y dijo que no había cambiado y que “Estados Unidos se opone firmemente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, según la declaración de Estados Unidos, mucho más corta que la de Beijing.