El Vaticano afirmó hoy ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que no hay excusa posible a los casos de explotación y violencia contra niños, al tiempo que enfatizó que existen responsables de abusos "en todas las profesiones", incluso "entre miembros del clero y personal de la iglesia". "Se encuentran abusadores entre los miembros de las profesiones más respetadas del mundo y, más lamentablemente, incluso entre miembros del clero y otro personal de la iglesia", dijo monseñor Silvano Tomasi, representante de la Santa Sede ante Naciones Unidas en Ginebra.

Tomasi expuso hoy -en representación del Vaticano- ante el comité de la ONU sobre los Derechos del Niño, constituyendo la primera vez que la jerarquía de la iglesia católica participa en un debate público referido a los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes en todo el mundo. El jefe de la delegación enviada por el papa Francisco reconoció que la cuestión de los abusos contra niños es particularmente grave cuando se trata de personas que gozan de una gran confianza y están llamadas a proteger todos los elementos de la persona, incluida su salud física, emocional y espiritual.

El órgano de la ONU dedica su sesión de la jornada de hoy a evaluar cómo la Santa Sede cumple los compromisos asumidos al ratificar la Convención de los Derechos del Niño, luego de que en los últimos años se viera inmersa en escándalos surgidos en relación a abusos cometidos por sacerdotes en todo el mundo.

Tomasi precisó que frente a esa situación, el Vaticano ha "delineado políticas y procedimientos para ayudar a eliminar tales abusos y colaborar con las autoridades estatales respectivas para luchar contra este delito". Durante su exposición, Tomasi aseguró que la Santa Sede "está comprometida a escuchar cuidadosamente a las víctimas de abuso y a abordar el impacto de tales situaciones en los supervivientes y sus familias".

Luego de su presentación, expertos del comité formularon preguntas a la delegación del Vaticano, tales como si se adoptaron mecanismos para investigar y sancionar de forma efectiva a los culpables de abusos dentro de la Iglesia, y en relación a los programas de seguridad que se implementaron. Asimismo, se pidieron aclaraciones acerca de la posición de la Santa Sede sobre cómo garantizar "el interés superior del niño" frente a cualquier otra consideración, y las medidas de "reparación física y psicológica" en favor de las víctimas.