El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) informó que, desde el comienzo de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza en respuesta a los ataques de Hamas en Israel, aproximadamente 3.500 niños palestinos han perdido la vida. Unicef describe la situación en Gaza como un "infierno para cualquier persona" y enfatiza que se ha convertido en un "cementerio para miles de niños y niñas".

Unicef ha instado a un alto el fuego humanitario inmediato para poner fin a esta tragedia y evitar más muertes. Según el portavoz de Unicef, James Elder, las cifras son alarmantes y aumentan cada día. Los niños en Gaza enfrentan amenazas más allá de los bombardeos, incluida la escasez de agua.

Según Hamas, al menos 3.554 niños y niñas se encuentran entre las más de 8.525 víctimas palestinas, incluidos los heridos, desde el inicio de los bombardeos israelíes. Elder destacó la preocupación por la deshidratación y la falta de acceso a agua potable que están enfrentando los niños en Gaza. El testimonio de una madre, Nesma, cuyos hijos luchan por encontrar agua limpia, refleja la difícil situación que enfrentan muchas familias.

Además de las pérdidas humanas, Unicef advierte que este conflicto tendrá repercusiones traumáticas a largo plazo, generando secuelas emocionales y psicológicas en los niños que perdurarán por generaciones. Antes del conflicto actual, más de 800.000 niños en Gaza necesitaban apoyo psicosocial y de salud mental, lo que evidencia la importancia de brindar atención integral a los niños afectados.

La situación en Gaza es desgarradora y exige una respuesta urgente para proteger a los niños y poner fin a la violencia. Unicef insta a la comunidad internacional a tomar medidas para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños en la región.