Múltiples prisioneros de guerra ucranianos murieron luego de que una prisión fue destruida en un ataque con misiles, y Moscú y Kyiv se acusaron mutuamente de ser los responsables de la tragedia.

Ucrania dice que la prisión fue atacada por Rusia en un esfuerzo por destruir evidencia de tortura y asesinato. Por su parte, Rusia dijo que el campo de prisioneros de Olenivka fue alcanzado por cohetes de precisión ucranianos.

Las imágenes de video no verificadas rusas de las secuelas muestran una maraña de literas destrozadas y cuerpos gravemente carbonizados. Un asesor del presidente Volodymyr Zelensky dijo que la escena parecía un incendio provocado y que un ataque con misiles habría esparcido los cuerpos.

Se dice que entre los detenidos había miembros del batallón Azov, que fueron los últimos defensores de Mariupol y a quienes Rusia ha tratado de presentar como neonazis y criminales de guerra.

El nuevo fiscal general de Ucrania, Andriy Kostin, dijo que había abierto una investigación por crímenes de guerra sobre la explosión. Además, su oficina agregó que se cree que unas 40 personas murieron en el ataque y 130 resultaron heridas.

Daniil Bezsonov, portavoz de la separatista República Popular de Donetsk respaldada por Rusia, dijo que el ataque había sido un "golpe directo en un cuartel que albergaba prisioneros" y que el número de muertos podría aumentar.

Bajo la misma línea, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que el ataque se llevó a cabo con artillería Himars de fabricación estadounidense y acusó a Ucrania de una provocación "perpetrada deliberadamente". 

Además, el portavoz del ministerio, el teniente general Igor Konashenkov, dijo que ocho miembros del personal penitenciario también resultaron heridos en la explosión, aunque la defensora del pueblo respaldada por Rusia dijo que ninguno resultó afectado.