De acuerdo al periódico The Economist, en los círculos políticos demócratas se está gestando un descontento por el enorme gasto en apoyo de Kiev tras la aprobación de un presupuesto suplementario de 40.000 millones de dólares en mayo.

"La ayuda a Ucrania está destinada a durar hasta el final del año fiscal, el 30 de septiembre, pero nadie sabe con certeza cuándo se acabará el dinero", destaca la publicación.

Basándose en ello, The Economist sugiere que el apoyo estadounidense a Ucrania se verá afectado por tres factores. El primero es la configuración del Congreso tras las elecciones de medio mandato en EEUU. Si los republicanos recuperan una o ambas cámaras, ¿qué facción del partido tendrá la ventaja?, pregunta la publicación.

El segundo factor es el grado en que los aliados están dispuestos a seguir ayudando a Ucrania para enfrentarse a Rusia. Para la mayoría de los estadounidenses Ucrania está "a medio mundo de distancia".

"Quizás la mayor consideración sea el tercer factor: el progreso en el campo de batalla", analiza The Economist. Si el Gobierno de Biden puede demostrar que Ucrania está ganando terreno, será más fácil conseguir apoyo para el país.

Pero un conflicto prolongado parece demasiado probable. Y las fuerzas ucranianas siguen estando fuertemente superadas y a la defensiva, cuando no en retirada, indica.