El poderoso cohete Falcon Heavy de SpaceX ha despegado con éxito desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy.

Los 27 cohetes Merlin desplegaban toda su potencia para iniciar la misión USSF-44 de seguridad nacional de las Fuerzas Espaciales de EEUU y poner en órbita dos satélites envueltos en cierto secretismo.

Como estaba previsto, dos minutos y medio después del despegue, los dos propulsores laterales del cohete se han separado de la etapa central para realizar el viaje de retorno y han aterrizado en lugares predeterminados cerca del Centro Espacial Kennedy, ya que serán reutilizados en próximas misiones. Por su parte, el propulsor principal no intentó aterrizar y utilizó la totalidad de su combustible para lanzar los satélites al espacio.

En el interior de los 70 metros del Falcon Heavy, el cohete operativo más potente del mundo según SpaceX, viajaba el microsatélite TETRA-1, construido en 2020 por una subsidiaria de Boeing para realizar experimentos de telecomunicaciones en una órbita geosíncrona a 35 kilómetros de la superficie de la Tierra. Del otro componente lanzado al espacio no se sabe nada, algo habitual en el sector militar.

Este lanzamiento, pospuesto desde hace dos años por sucesivos problemas y retrasos, es el primero de los tres que el Departamento de Defensa tiene firmados con SpaceX, que tiene previsto volver a utilizar este enorme modelo de cohete en los próximos años antes de sustituirlo por el sistema Starship.

Vale recordar, que la entrada de SpaceX y su CEO Elon Musk en el mundo aeroespacial ha revolucionado el panorama de los lanzamientos de este tipo de cohetes, ofreciendo una alternativa más asequible a los de la NASA, como el gigantesco SLS, cuyo lanzamiento está previsto para mediados de este mismo mes de noviembre después de numerosos problemas.