Investigadores del Instituto de Física Atmosférica (IAP) de la Academia de Ciencias de China han publicado un estudio en el que advierten sobre las consecuencias del fuerte episodio de El Niño que se espera para los años 2023-2024. Según este estudio, este fenómeno climático causará estragos en la temperatura de la superficie global y desencadenará varias crisis climáticas.

El fenómeno de El Niño es conocido por liberar calor masivo a la atmósfera, lo que provoca cambios en los patrones de circulación atmosférica, las interacciones tropicales-extratropicales, los chorros subtropicales, los monzones e incluso los vórtices polares. Esto resultará en un rápido aumento de la temperatura media global de la superficie (GMST).

El GMST es un indicador importante de la variabilidad climática y el calentamiento global, que integra la temperatura global de la superficie terrestre y la temperatura de la superficie del mar. Su variabilidad interanual está dominada por fenómenos como El Niño, que tiene la capacidad de liberar un gran calor a la atmósfera, lo que provoca anomalías en la circulación atmosférica y cambios en el equilibrio energético de la superficie.

Según las predicciones del sistema de predicción por conjuntos desarrollado por el IAP, se espera que haya un evento de El Niño en el otoño boreal de 2023 que podría mantenerse durante todo el invierno. Basándose en datos climáticos históricos y estudios previos, el equipo del IAP ha revelado el alcance y las consecuencias potenciales del calentamiento extremo esperado en 2023-2024.

El estudio indica que existe una probabilidad del 17% de que el GMST de 2023 se convierta en el más alto registrado desde 1950, y una probabilidad del 61% de que se ubique entre los tres primeros. En 2024, estas probabilidades aumentarán al 56% y al 79%, respectivamente.

Durante el desarrollo de este fuerte El Niño en 2023, se espera que las anomalías cálidas afecten principalmente al Pacífico centro-oriental tropical, el continente euroasiático y Alaska. Sin embargo, en 2024, es probable que las anomalías cálidas abarquen continentes enteros, lo que aumentará la posibilidad de olas de calor terrestres, sequías e incendios forestales.

Además del aumento de las temperaturas superficiales, se prevé que el fuerte El Niño en 2023-2024 desencadene una cascada de crisis climáticas, como la intensificación de las olas de calor marinas, la desoxigenación de los océanos, la reducción de la diversidad oceánica, los daños a los ecosistemas marinos, el aumento del nivel del mar y la reducción del rendimiento de los cultivos.