Los candidatos a la presidencia francesa, Nicolas Sarkozy y François Hollande, se enfrentarán este miércoles en el único debate televisivo de la campaña electoral para el balotaje, el que será seguido por unos veinte millones de espectadores.

Apenas cuatro días antes de esa segunda vuelta electoral, se enfrentarán dialécticamente durante dos horas y media, oportunidad en la que presentarán al electorado sus propuestas sobre economía, sociedad, instituciones y política exterior.

Para el presidente y candidato a la reelección, el debate es considerado como la última oportunidad de superar la diferencia de entre seis y ocho puntos que lo separan de Hollande, según coinciden en señalar todas las encuestas.

Sin embargo, desde su primera realización en 1974, el enfrentamiento cara a cara entre los aspirantes nunca logró modificar la intención de votos.
Hollande, del Partido Socialista, prometió que de llegar al Palacio del Elíseo creará 60 mil puestos de trabajo en educación, impondrá un impuesto del 75 por ciento a las ganancias superiores al millón de euros anuales y suprimirá una parte de las exoneraciones fiscales de muchas grandes corporaciones.

Se propone, además, renegociar el nuevo tratado adoptado en marzo de este año por 25 de los 27 países de la Unión Europea que prioriza la austeridad, la disciplina presupuestaria y las sanciones, en vez del crecimiento.

Por su parte, Sarkozy planteó como su principal objetivo lograr el equilibrio de las cuentas del Estado para 2016 y reducir a la mitad el número de inmigrantes anuales. “Hay demasiados inmigrantes en Francia”, declaró la víspera el carismático dirigente derechista.