La Justicia de Rusia ha rechazado los recursos presentados por la defensa del opositor ruso Alexey Navalny y ha ratificado la condena a 19 años de prisión por delitos de "extremismo".

La corte de apelaciones ha decidido mantener el juicio de Navalny en primera instancia, según ha declarado el juez Viktor Rogov. El opositor compareció por videoconferencia desde la cárcel durante la audiencia. Si bien se han realizado algunas modificaciones en la sentencia, como cambiar la calificación de Navalny como "reincidente particularmente peligroso", estas modificaciones no tienen ningún impacto legal.

Navalny fue condenado a comienzos de agosto pasado por cargos relacionados con las actividades del Fondo Anticorrupción (FBK), una organización fundada por él mismo. Las autoridades rusas acusaron al opositor de llevar a cabo "actividades extremistas" que socavaban la seguridad pública.

El abogado de 47 años fue encarcelado en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde se había estado recuperando de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente Vladimir Putin, algo que el Kremlin ha negado.

Actualmente, Navalny se encuentra detenido en una prisión a 250 kilómetros de Moscú y se comunica con el mundo exterior a través de mensajes enviados a sus abogados, en los cuales sigue denunciando la política del Kremlin y su ofensiva en Ucrania.

Desde la ofensiva rusa en Ucrania iniciada en febrero de 2022, casi todos los principales opositores rusos han sido encarcelados o forzados al exilio, y miles de ciudadanos comunes también han sido procesados, especialmente por haber denunciado la invasión.

Navalny, conocido por sus investigaciones sobre la corrupción y por organizar manifestaciones a gran escala, había denunciado la invasión rusa y había hablado de "decenas de miles de muertes" en lo que describió como "la guerra más estúpida y sin sentido del siglo XXI".

Organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional han denunciado graves irregularidades en el proceso, en el que no se permitió la entrada de periodistas a la sala y tuvieron que ver el juicio a distancia.