Varios países se reúnen en Doha y Nueva York para intentar alcanzar un consenso internacional sobre las condiciones para reconocer al gobierno talibán en Afganistán. Ya existen algunos desacuerdos entre las superpotencias. El principal se generó a partir de que Rusia pidió a Estados Unidos que liberara las reservas del banco central afgano, que Washington bloqueó después de la toma de Kabul por los talibanes a principios de este mes.

"Si nuestros colegas occidentales están realmente preocupados por el destino del pueblo afgano, entonces no debemos crearles problemas adicionales congelando las reservas de oro y divisas", dijo el enviado del Kremlin a Afganistán, Zamir Kabulov, quien agregó que es necesario "reforzar la tasa de la moneda nacional que colapsa".

Las principales potencias del G7 están en reuniones con Turquía, Qatar y la OTAN en Doha para discutir más detalles sobre cómo se podría reabrir el aeropuerto civil de Kabul. Más de 100 países firmaron una declaración conjunta en la que se expresa que los talibanes han acordado facilitar esto. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, preside la reunión y debe anunciar su resultado más adelante.

Al mismo tiempo, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, inició un barrido de cuatro días a través de los países limítrofes con Afganistán para asegurar su acuerdo de albergar temporalmente a refugiados o de utilizar el país como punto de tránsito pendiente de procesamiento. Hasta ahora, Qatar ha actuado como punto de tránsito para más del 40% de los más de 100.000 refugiados transportados por aire fuera del país. Maas tiene previsto visitar Uzbekistán, Tayikistán, Turquía y Pakistán.

En Turquía, su primera escala, Maas dijo que estaba agradecido por la oferta del país y se dirigió a los talibanes: "Pedimos que prometan brindar seguridad. En este sentido, estamos dispuestos a contribuir tanto financiera como técnicamente ”.

James Cleverly, ministro del Reino Unido para Medio Oriente y África del Norte, dijo que no veía cómo el aeropuerto de Kabul podría ser operado por potencias extranjeras sin botas en el suelo, algo que actualmente no es posible.

El lunes, António Guterres, secretario general de la ONU, convocará una reunión en Nueva York de embajadores de los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad de la ONU - Rusia, China, EE.UU., Reino Unido y Francia - para discutir una posible resolución conjunta sobre Afganistán que podría aprobarse a finales de esta semana.

El Reino Unido ha expresado que sus cuatro prioridades internacionales son evitar que Afganistán se convierta en un refugio para terroristas, responder a la difícil situación humanitaria, salvaguardar la estabilidad regional y hacer que los talibanes rindan cuentas sobre los derechos humanos. El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, por su parte, declaró que es necesario que Occidente trabaje de manera pragmática con Rusia y China en el futuro de Afganistán.

El Kremlin acogió el lunes la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron de crear una "zona segura" en Kabul para proteger las operaciones humanitarias. "Esta es sin duda una propuesta que debe ser discutida", dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.