En el marco de la Operación Sangaris, soldados galos patrullan la zona del aeropuerto de la capital, Bangui, donde reina la calma, dijo hoy el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, quien afirmó que el objetivo de la intervención, decidida por el Consejo de Seguridad de la ONU, es doble. Por un lado, busca garantizar una seguridad para la distribución de la ayuda humanitaria y por otro, contribuir a que las fuerzas militares africanas la mantengan (la seguridad) para favorecer "la transición política".

El ministro precisó que la misión francesa, por el momento, se limita a patrullar en la zona del aeropuerto, aunque los soldados franceses ampliaron su acción a otros lugares próximos a Bangui, la capital centroafricana. "Este país vive en un caos humanitario y de seguridad, no hay Estado, hay bandas armadas", explicó Le Drian.

También dijo que la población "tiene miedo" y recordó que hubo "una reacción muy fuerte de la comunidad internacional", de la que destacó que se consiguiera mediante unanimidad Naciones Unidas. "Espero que la razón prevalezca", indicó el ministro en relación con la reacción que espera de las fuerzas de los rebeldes musulmanes. "Francia está allí para garantizar un mínimo de seguridad y para acompañar el despliegue africano", insistió y calificó la intervención militar francesa de "una fase transitoria" para facilitar la intervención de los soldados africanos.

El presidente francés, François Hollande, había anunciado el comienzo "de forma inmediata" de la acción militar de su país tras la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autoriza a Francia a utilizar la fuerza en la República Centroafricana. "Dada la urgencia, decidí actuar desde esta misma noche, en coordinación con los africanos y con el apoyo de los socios europeos", manifestó en un mensaje televisado, tras haber convocado en París a su gabinete de Defensa.

Antes de la adopción de la resolución, Francia había desplegado algo más de 250 soldados en la capital, Bangui, tras los disturbios de la madrugada del jueves. La resolución de la ONU autoriza el envío de una fuerza africana (Misca) apoyada por tropas francesas para proteger a la población y ayudar a restaurar la seguridad en ese país.

Los enfrentamientos entre milicias cristianas y musulmanas en la ciudad de Bangui fueron los más cruentos desde que una coalición de grupos rebeldes islámicos llamada Seleka tomó el poder en la empobrecida nación enclavada en el medio de Africa, que según Francia se halla "al borde del genocidio".