Uruguay se convirtió este martes en el primer país del mundo en legalizar la producción y venta de marihuana, con lo que busca enfrentar el narcotráfico, en la región que más sufre la lucha contra las drogas.

“Nosotros le llamamos control y regularización de la droga” por parte del Estado.
“Queremos conocer a esa gente, discutir y eliminar las adicciones. Creemos que se puede ser feliz sin ningún apoyo”, sentenció Lucía Topolansky, senadora y esposa del presidente José Mujica.

Tras 12 horas de debate y con 16 votos a favor en un total de 29, solo los de la coalición de izquierda del gobernante Frente Amplio, el Senado uruguayo dio sanción definitiva a un histórico y polémico proyecto que habilitará la producción, distribución y venta de cannabis, el autocultivo y los clubes de consumidores, todo bajo control estatal.

La votación fue recibida por vítores y un cerrado aplauso de parte de unos 150 militantes a favor de la legalización que colmaron las barras en el último tramo del debate.

En el exterior del recinto parlamentario, cientos de militantes que habían llegado más temprano en "la última marcha con la marihuana ilegal" celebraron con fuegos artificiales, en una fiesta que recién comenzaba.

"Es un día histórico, un día bisagra", celebró de inmediato en un comunicado la organización Regulación Responsable, que lanzó varias campañas en respaldo a la ley.

Una posición compartida por el senador oficialista Alberto Couriel, quien destacó al justificar su voto que "Uruguay pasa a ser una especie de vanguardia internacional en este tema".