EL mercado de las criptomonedas se enfrenta a una reacción cada vez mayor ante las señales de que los oligarcas rusos están utilizando activos digitales como Bitcoin para evitar sanciones.

Los rusos se apresuran a comprar criptomonedas, ya que las sanciones occidentales impuestas al país hacen que su economía se derrumbe y el valor del rublo se derrumbe.

Por eso, el gobierno ucraniano, junto a sus aliados de Europa y Estados Unidos, le ha pedido a las mayores plataformas de transacciones de monedas virtuales que acaten bloqueo financiero.

En un tuit publicado esta semana, el vice primer ministro de Ucrania, Mykhailo Fedorov, les pidió a las plataformas de criptomonedas que no solo bloquearan a los políticos y oligarcas, sino también a los ciudadanos rusos.

Y el ministro de Finanzas francés, Bruno le Maire, dijo que la Unión Europea incluirá a las criptomonedas en sus sanciones contra Rusia, con el objetivo de hacer que la agresión de Moscú contra Ucrania sea lo más costosa posible.

El gobierno británico también anunció medidas para acabar con el lavado de dinero por parte de los "oligarcas y cleptócratas" rusos, incluidos nuevos poderes para incautar criptoactivos.

Sin embargo, las principales firmas de criptomonedas se han mostrado reacios a prohibir cuentas de Rusia, lo que ha llevado a pedir un control más estricto o una prohibición total de las monedas digitales en el Reino Unido y otras naciones.

Según el gobierno ruso, sus ciudadanos poseen 214.000 millones de dólares en criptomonedas, lo que supone alrededor del 12% del total mundial. Mucho de ese dinero pertenece a oligarcas cercanos a Putin que han encontrado en esta tecnología la manera de proteger sus fortunas de posibles sanciones extranjeras.

Algunas de las sanciones financieras que ha impuesto Occidente a Moscú, incluyen la exclusión de la plataforma de pagos bancarios internacionales SWIFT, el veto a las operaciones de su banco central y un embargo al suministro de semiconductores y tecnología para sectores clave.

Hasta ahora las sanciones de las potencias occidentales también se han centrado el castigar financieramente a individuos vinculados al gobierno de Valdimir Putin.

Las medidas contra el Banco Central de la Federación Rusa, que han sido consideradas por expertos como algunas de las restricciones más duras, incluyen el congelamiento de las reservas que tiene depositadas en otros países, por un valor total cercano a los US$630.000 millones.

Algunos bancos comerciales también han visto congelados sus activos en el extranjero.