El viceministro de Relaciones Exteriores, Andrey Rudenko, dijo el martes que Moscú “estaba preocupado” por la serie de explosiones recientes en Transnistria y dijo que a Rusia “le gustaría evitar un escenario” en el que Transnistria se vea arrastrada a la guerra.

Hablando con periodistas en Moscú, Rudenko dijo que la “situación con las explosiones” en la región indicaba que “ciertas fuerzas” detrás de los ataques estaban interesadas en crear “otro foco de tensión en Europa”, una referencia a dos episodios de violencia reportados en el enclave en otros tantos días.

“Se llevará a cabo una investigación en consecuencia, y esperamos que se establezcan los motivos y se castigue a los responsables”, dijo RIA Novosti citando a Rudenko.

Transnistria, que está controlada por separatistas prorrusos y alberga permanentemente a 1.500 soldados rusos, así como a un gran depósito de armas, limita con el oeste de Ucrania.

Las declaraciones de Rudenko se produjeron después de que la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, convocara una reunión de su consejo de seguridad el martes tras los dos incidentes.

El martes por la mañana, las autoridades locales dijeron que dos antenas que transmitían transmisiones de radio rusas fueron voladas, mientras que el lunes atacantes desconocidos bombardearon el ministerio de seguridad del estado de la región en Tiraspol con un lanzagranadas de mano.