La presidenta de Moldavia Maia Sandu, convocó una reunión de su consejo de seguridad el martes después de una serie de incidentes en la república moldava disidente de Transnistria y una advertencia de Moscú de que la región respaldada por Rusia podría verse involucrada en la guerra en Ucrania.

Transnistria, que limita con el oeste de Ucrania, está controlada por separatistas prorrusos y alberga permanentemente a 1.500 soldados rusos, así como a un gran depósito de armas.

La semana pasada, un alto comandante ruso dijo que el objetivo de la nueva ofensiva de Rusia era tomar el control del sur de Ucrania y obtener acceso a Transnistria, lo que generó preocupaciones de que el pequeño país de Europa del Este podría convertirse en un nuevo foco de tensión en las crecientes tensiones entre Moscú y el oeste.

Las autoridades locales dijeron que dos antenas que transmitían transmisiones de radio rusas habían volado, el segundo episodio de violencia reportado en el enclave en otros tantos días después de que atacantes desconocidos bombardearan el ministerio de seguridad del estado de la región en Tiraspol con un lanzagranadas el lunes.

Al comentar sobre la explosión en el Ministerio de Seguridad, el gobierno moldavo dijo que su objetivo era “crear pretextos para tensar la situación de seguridad” en la región disidente.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el martes a los periodistas que estaba "preocupado" por las noticias que salían de Transnistria.

Y horas antes, el líder de la autoproclamada república de Donetsk, Denis Pushilin, dijo a la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti que Rusia debería “tener en cuenta lo que está pasando en Transnistria” al planificar la siguiente etapa de su campaña militar.

Los funcionarios de Transnistria anunciaron el martes una serie de nuevas medidas de seguridad, lo que aumenta aún más las preocupaciones sobre una posible escalada en el estado separatista. Las medidas incluyeron la instalación de puestos de control militar en las entradas a las ciudades de la región y la cancelación del desfile anual del día de la victoria del 9 de mayo.

Bob Deen, experto en Moldavia e investigador principal del grupo de expertos del Instituto Clingendael, dijo que era difícil saber si los incidentes recientes fueron una operación de bandera falsa por parte de Rusia o actos genuinos de sabotaje por parte de grupos antirrusos.

Pero dijo que la retórica rusa reciente apuntaba a algunos de los objetivos a largo plazo que Rusia tenía en mente para Transnistria. “Hemos visto que el tema de Transnistria se está discutiendo más abiertamente en el dominio público ruso. Las recientes declaraciones rusas podrían ser una indicación de las ambiciones que Moscú tiene allí”.

Según Deen, era poco probable que las fuerzas rusas pudieran actualmente realizar una ofensiva hacia la frontera con Moldavia, dado que Moscú estaba involucrado en intensos combates en la región oriental de Donbass.    

Para llegar a Transnistria, Moscú necesitaría realizar una ofensiva hacia Odesa, que se ha visto obstaculizada por el reciente hundimiento del crucero Moskva, que obligó a los buques de guerra rusos a alejarse más de la costa de Ucrania.

Deen también se mostró escéptico de que las propias fuerzas de Transnistria, que suman más de7.500 soldados, se utilizarían en un ataque a Ucrania desde su frontera occidental.