La estatua recién erigida de un hombre sonriente con un falo enorme, ha provocado una gran atención turística en un punto de acceso arqueológico en el norte de Perú, donde ha estado en exposición desde principios de año.

Aunque no sea anatómicamente proporcionado, la estructura de fibra de vidrio es una representación fiel de una vasija de cerámica de la cultura Mochica precolombina del Perú, cuya gente vivió en la región entre el 150 y el 700 d.C.

A 15 minutos en coche del centro de la capital regional, Trujillo, la estatua ya ha demostrado ser muy popular entre los transeúntes y turistas que posan debajo del miembro de 1,5 metros para hacerse selfies.

Pero a pesar de su fidelidad histórica, el símbolo de fertilidad ya ha sido atacado por vándalos que hicieron un agujero en la estatua y, según los informes, dispararon tiros al aire mientras huían.