Este lunes, el ejército israelí reconoció que el asesinato de la periodista Shireen Abu Akleh, podía haber sido cometido “por error” de sus propias tropas, sin embargo, no abrirán una investigación criminal al respecto. 

La reportera de la cadena Al-Jazeera murió el pasado 11 de mayo por un disparo en la cabeza, hecho ocurrido tras la incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín.

De acuerdo con la investigación realizada por el gobierno israelí, “hay una alta posibilidad” de que Abu Akleh fuera impactada por disparos que iban dirigidos a “pistoleros palestinos armados”. El ejército asegura que la periodista no fue apuntada, sino que su asesinato fue consecuencia del fuego cruzado. “Procedieron correctamente”, subrayó el portavoz militar sobre el accionar de sus subordinados, motivo por el cual ninguno será procesado por el homicidio.

Sin embargo, de acuerdo con los testigos que presenciaron el hecho, esta versión es contradictoria, ya que aseguran que, en la zona donde se encontraban los periodistas, no habían grupos armados palestinos. La investigación de la Autoridad Nacional Palestina ha determinado que Abu Akleh fue asesinada "deliberadamente" por soldados israelíes.

Por su parte, los familiares de Abu Akleh afirman que están “dolidos, frustrados y decepcionados" por las declaraciones de Israel. “Como era de esperar, Israel se ha negado a asumir la responsabilidad por el asesinato de Shireen. Nuestra familia no está sorprendida por este resultado, es obvio que los criminales de guerra no van a investigar sus propios crímenes". 

Asimismo, aseguran que van a continuar con la presión sobre los miembros del Congreso de EE.UU, además de organizaciones civiles y de prensa, para reclamar “acciones significativas” por parte de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos. De igual manera, también están considerando elevar la denuncia a la Corte Penal Internacional.