En Atenas, la Policía reprimió con gases lacrimógenos a manifestantes que intentaban bloquear el Parlamento, en el que se pretende debatir otro ajuste salvaje como prenda de cambio de nuevos endeudamientos internacionales. También hubo algunos forcejeos durante la manifestación, que convocó a unas veincicinco mil personas en el contexto de la tercera huelga general contras las políticas del "socialista" primer ministro Yeorgos Papandreu.

Además, el microcentro de la capital helénica quedó desierto, ya que se prohibió el tránsito vehicular y peatonal, en un virtual toque de queda para permitir el ingreso de los diputados al palacio legislativo que incluyó a unos cinco mil policías, entre ellos cientos de agentes aintimotines.

Antes de los incidentes más serios, los ánimos ya se habían caldeado en uno de los accesos al edificio, donde manifestantes trataron de derribar una gran valla y arrojaron botellas de plástico contra la Policía, que respondió con gas lacrimógeno. Sin embargo, la gran mayoría de los manifestantes se mantuvo tranquila en la plaza Sintagma, con gran presencia de niños.