Un deslizamiento de tierra en Papúa Nueva Guinea ha provocado una situación crítica, con estimaciones divergentes sobre el número de personas afectadas. Según un funcionario del gobierno, más de 2.000 personas podrían haber quedado sepultadas, una cifra significativamente mayor que la estimación inicial de 670 fallecidos proporcionada por Naciones Unidas. Hasta el momento, solo se han recuperado los restos de seis personas. 

El desastre ha tenido lugar en el poblado de Yambali, ubicado en la provincia de Enga, y ha generado una gran destrucción en la zona. Las dificultades para determinar con exactitud el alcance de la tragedia se deben a las condiciones complicadas en el lugar, como la falta de comunicaciones y la presencia de conflictos tribales que requieren escolta militar para las operaciones de ayuda. 

La Organización Internacional para las Migraciones, encargada de liderar la respuesta internacional, mantiene su estimación inicial de 670 fallecidos, a la espera de nuevas pruebas. 

La situación sigue siendo inestable, con la tierra en constante movimiento, lo que representa un riesgo para los equipos de rescate y los supervivientes. El deslizamiento de tierra también ha afectado una importante autopista de la provincia, dificultando las labores de emergencia.