Aproximadamente 135.000 miembros del servicio activo de Estados Unidos han sido víctimas de agresión sexual desde 2010, según un informe del Pentágono

El número de víctimas de agresión sexual incluye 65.400 mujeres y 69.600 hombres. El informe de la Comisión de Revisión Independiente sobre Agresión Sexual Militar (IRC) también encontró que unos 509.000 miembros en servicio activo han sido objeto de acoso sexual.

"Estos cientos de miles de miembros del servicio que experimentaron daño sexual son una clara evidencia de que la cultura no ha cambiado y que los líderes no han logrado 'mover la aguja', como reconoció recientemente el presidente Milley", dice el informe, refiriéndose al presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley y la falta de progreso para abordar la agresión sexual en el Ejército.

Según explica a BBC Mundo Andrew Morral, quien ha estudiado por décadas el tema para la Rand Corporation (un think tank que asesora al Pentágono), se trata de un fenómeno ampliamente extendido en la casi totalidad de las instalaciones militares del país.

"Hay lugares, sin embargo, donde el riesgo es alto -y más alto de lo que se esperaría en función de las características del personal allí-. Hallamos, por ejemplo, que el 34% de los casos de asaltos sexuales contra mujeres ocurrieron en solo cinco bases importantes del Ejército", señala.

No obstante, de acuerdo con el experto, las soldados, las esposas de los militares y otras mujeres que prestan servicio en las Fuerzas Armadas no son las únicas víctimas de esta situación.

"En la casi totalidad de los casos el riesgo de ser agredido sexualmente está correlacionado con la edad y el rango. Así, además de las mujeres, los miembros del servicio más jóvenes, los no casados y las minorías sexuales tienen un riesgo especialmente alto", añade.

En ese sentido, uno de los últimos estudios realizados por Morral sugiere que casi la mitad de todas las agresiones sexuales en las bases militares se realizan contra personas que no se describen a sí mismas como heterosexuales.

"Este grupo parece tener un riesgo especialmente alto, ya que representan solo alrededor del 12% de la población militar, pero es a ellos a quien le ocurre el 50% de agresiones sexuales", explica.

Los expertos que han estudiado este tipo de agresiones sexuales no logran todavía comprender del todo sus causas.

Según Morral, podría tratarse desde aspectos relacionados con disciplina y buen orden dentro de las bases militares hasta elementos culturales.

"Una de las cosas que sí sabemos es que el riesgo de agresión sexual está muy vinculado al acoso sexual, que es algo mucho más común y mucho más visible. Así, en las unidades donde las personas hacen muchos comentarios sexuales entre sí o dicen cosas como que los chicos allí no se comportan como hombres, son los entornos en los que estamos viendo más agresiones sexuales", comenta.

Una encuesta a nivel militar publicados el año pasado sugería que el consumo de alcohol dentro de las bases era un factor contribuyente: estuvo detrás del 62% de las agresiones a mujeres.

Pese a ser un problema extendido dentro de las fuerzas armadas, los mecanismos para llevar justicia a las víctimas son limitados.

Solo en 350 casos de las casi 8.000 denuncias que se presentaron el año pasado se acusó a los presuntos perpetradores de un delito.

Según Protect Our Defenders esto ha llevado a que las víctimas -y los propios soldados- pierdan la confianza en el sistema de justicia militar.

"El sistema de justicia militar estadounidense es un sistema arcaico que la mayoría de nuestros aliados han abandonado hace años" explica Christensen.