La Marina brasileña confirmó que el mayor portaaviones de la armada de Brasil será hundido en el océano Atlántico en aguas bajo jurisdicción brasileña. Esto se da después de llevar tres meses flotando en alta mar desde que Turquía le negó la entrada para ser desguazado allí.

Este portaaviones, de 32.000 toneladas, está haciendo aguas y corre el riesgo de hundirse, por lo que no se le ha permitido atracar en puertos brasileños. Ademas, el buque tiene una gran cantidad de amianto a bordo, se calcula que 9 toneladas del producto tóxico y ante esto, el gobierno turco denegó la importación del barco ante intensas protestas de activistas que alertaban sobre los riesgos ambientales.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, pidió no hundir el portaaviones por su posible toxicidad, pero la Marina dijo que no tenía otra opción más que hundirlo en aguas de unos 5000 metros de profundidad a 350 kilómetros de la costa, dentro de la zona económica exclusiva de Brasil, un lugar que está alejado de zonas de protección ambiental y libre de cables de comunicación submarinos.

Este hecho se iba a dar este miércoles, pero los fiscales intentaron detener el hundimiento en aguas brasileñas alegando la amenaza medioambiental que supone, incluidas las toneladas de amianto utilizadas para los paneles del interior del buque.