El Papa Francisco envió 15.000 helados a los prisioneros para ayudarlos a refrescarse durante el que ha sido uno de los veranos más calurosos registrados en Italia.

Los mismos fueron entregados a las dos cárceles de Roma, Regina Coeli en el centro de la ciudad y Rebibbia en las afueras, por el limosnero del Vaticano, el cardenal Konrad Krajewski.

En un comunicado, el Vaticano dijo que la oficina de organizaciones benéficas del Papa "no se fue de vacaciones" este verano. En cambio, los voluntarios del Vaticano dedicaron su tiempo a “continuar dedicándose, entre otras cosas, a dos de las siete obras de misericordia: visitar a los prisioneros y consolar a los afligidos”.

La donación fue uno de varios "pequeños gestos evangélicos" realizados durante el verano "para ayudar y dar esperanza a miles de personas en las cárceles de Roma", agrega el comunicado.

En junio, unos 20 reclusos de la prisión de Rebibbia se reunieron con el pontífice antes de unirse a él en una visita a los Museos Vaticanos.

La oficina de caridad del Vaticano también llevó a pequeños grupos de personas sin hogar "al mar o al lago ... para una tarde de relajación y una cena en una pizzería".

Además, la organización benéfica ha proporcionado pruebas gratuitas para el Covid-19 y vacunas a las personas sin hogar de Roma y las personas que viven en la pobreza.

Este verano ha sido uno de los más calurosos registrados en Italia, con Siracusa, una ciudad en Sicilia, registró un máximo de 48,8 ° C 0en agosto, potencialmente la temperatura más alta registrada en Europa. Fuertes incendios forestales también azotaron las regiones del sur de Italia y la isla de Cerdeña, y las altas temperaturas y los fuertes vientos obstaculizaron los esfuerzos para contenerlos.

Krajewski, de 57 años, fue nombrado limosnero, un trabajo que el Papa transformó en una misión caritativa práctica, en 2013. Ha trabajado discretamente, en su mayor parte, por los pobres durante años. Sin embargo, en mayo de 2019 llegó a los titulares después de bajar por una alcantarilla y romper un sello para restaurar la electricidad en un edificio en Roma donde vivían 250 personas sin hogar.