Un informe del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (Sigar) sobre la catastrófica derrota que condujo a la caída de Kabul el 15 de agosto culpó a las administraciones de Donald Trump y Joe Biden, así como al gobierno afgano de Ashraf Ghani.

“Sigar descubrió que el factor individual más importante en el colapso de las Fuerzas Nacionales de Defensa y Seguridad Afganas (ANDSF) en agosto de 2021 fue la decisión de dos presidentes de Estados Unidos”, se señala en el informe. 

Hubo dos eventos críticos que condenaron a las fuerzas afganas, el acuerdo de Doha de febrero de 2020 entre la administración Trump y los talibanes, y luego la decisión de Biden de abril de 2021 de retirar todas las tropas estadounidenses, sin dejar una fuerza residual.

Las ANDSF dependían de las tropas y contratistas estadounidenses porque así fue como se desarrollaron las fuerzas, argumentó el informe, y señaló que “Estados Unidos diseñó la ANDSF como una imagen especular de las fuerzas estadounidenses y creó una estructura militar de armas combinadas que requería un alto grado de sofisticación y liderazgo militar profesional”. 

Habría llevado décadas construir una fuerza moderna, cohesiva y autosuficiente, argumentó el documento de Sigar.  A las pocas semanas del anuncio de retiro de Biden, los contratistas que mantenían los aviones y helicópteros de guerra se fueron, dejando sin la principal ventaja militar que el gobierno tenía sobre los talibanes. Como resultado, no había suficientes aviones en funcionamiento para llevar armas y suministros a las fuerzas afganas en todo el país, dejándolas sin municiones, alimentos ni agua ante los nuevos ataques de los talibanes.

El informe de Sigar también culpa al presidente afgano, Ashraf Ghani, que cambió los comandantes de ANDSF durante la ofensiva talibán, ya que, “el presidente Ghani comenzó a sospechar que Estados Unidos quería sacarlo del poder”, según un ex funcionario del gobierno afgano anónimo. 

Según el exfuncionario, Ghani temía un golpe militar. Se convirtió en un “presidente paranoico… temeroso de sus propios compatriotas” y en particular de los oficiales afganos entrenados en Estados Unidos.