Adli Mansur, presidente de la Corte Suprema egipcia nombrado hace pocas semanas por el depuesto presidente Mohamed Mursi, juró como presidente interino de la mayor nación de habla árabe. Prometió “proteger el sistema republicano” y ser el “garante de los intereses del pueblo”, informó por Continental Angels Barceló, enviada especial de Prisa Radio a El Cairo.

La caída de Mohamed Mursi, el primer presidente elegido democráticamente de la historia de Egipto, puso fin a un año de poder islamista marcado por repetidas crisis e importantes protestas populares. Se abrió además un camino hacia una delicada transición en un país profundamente dividido entre partidarios y opositores al presidente derrocado, en dos ideas de país mutuamente irreconciliables: una nación laica de religión islámica o una nación islámica con democracia formal.

Una multitud mayor a la que vio caer hace dos años al dictador Hosni Mubarak estalló de júbilo en la plaza Tahir cuando el jefe del Ejército y ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, hizo el anuncio por televisión, relató Barceló en Magdalena Tempranísimo. Como contrapartida, grupos oficialistas chocaron con las tropas en Marsa Matrouh, con un saldo de cuatro muertos. De esta manera ya son 47 las víctimas fatales en el último mes.

Durante la noche, Mursi y los principales líderes de Los Hermanos Musulmanes, el partido gobernante, fueron arrestados. El ex mandatario quedó con prisión domiciliaria, hasta resolver su situación.

En su discurso, Al Sisi dijo que se formará un gobierno de unidad nacional que asumirá el poder hasta nuevos comicios, disolverá la Asamblea Legislativa –conformada por mayoría islámica– y anulará la Constitución, reelaborada por Mursi y su partido, con gran rechazo popular por sus inclinaciones religiosas.

“El Ejército no quiere permanecer en el poder “, aseguró el jefe militar, que habló junto al gran jeque Ahmed al Tayeb y al papa copto Teodoro II. Y señaló que lo único que hicieron las Fuerzas Armadas es escuchar la voluntad del pueblo, que protestaba contra el gobierno de Mursi.