Avanzaba normalmente esta mañana el rescate de los treinta y tres mineros atrapados en San José de Copiapó, Chile.

Son izados en la cápsula Fénix 2, especialmente ideada para el operativo, a un ritmo cercano a uno por hora.

El primero en salir, a la medianoche de hoy, fue Florencio Ávalos, recibido con lágrimas por su hijo de siete años.

Mario Sepúlveda, el segundo rescatado, salió eufórico de la mina y entregó piedras en agradecimiento a los rescatistas.

“Enterré cuarenta años de mi vida, y voy a hacer un nuevo renacer”, destacó.

Al constatar el triste espectáculo de demagogia mediática y política armado alrededor del rescate, pidió que no lo traten “como un artista”, sino como lo que es, “un trabajador minero”.

“El viaje fue un crucero”, ironizó el tercero en salir, Juan Illanes Palma, de cincuenta y dos años.

El boliviano Carlos Mamani fue el cuarto en ascender y lo recibió su mujer.

Jimmy Sánchez, el más joven de los treinta y tres, fue el quinto en pisar la superficie.

El séptimo, fue José Ojeda, de cuarenta y seis años, (el autor del mensaje de los mineros) recibido por su sobrina, ya que es viudo.

En todos los casos, el presidente Sebastián Piñera estaba frente a las cámaras para darles un abrazo de bienvenida.

A medida que van llegando a superficie, los trabajadores son chequeados en un hospital de campaña y, luego, los trasladan al hospital de Copiapó, donde evaluarán sus condiciones físicas durante dos días.

A través de Twitter, la presidenta argentina, Cristina Fernández, sostuvo que el rescate “dejará huellas profundas” y “también las certezas de milagros posibles”.

Barack Obama envió su apoyo a los mineros y la Casa Blanca informó que “el presidente de los Estados Unidos sigue con atención las tareas y reza por ellos”.

El ministro de Salud chileno aseguró que, “hasta el momento, las cosas están saliendo extraordinariamente bien” en el rescate de los mineros atrapados durante diez semanas en San José de Copiapó.

Jaime Mañalich dijo que los mineros rescatados “están en buen estado de salud y son sometidos a un inmediato tratamiento de rehidratación”.
No obstante, ratificó que el rescate de Mario Gómez constituye “una situación de riesgo”.

Es porque el trabajador padece una afección pulmonar que lo obligó a recibir suplementos de oxígeno durante la larga estadía setecientos metros bajo tierra.