British Petroleum deberá hacerse cargo del desastre ecológico en el Golfo de México.

Así lo determinaron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, luego de reunirse en Washington.

Los mandatarios informaron que la empresa deberá afrontar los gastos derivados de la explosión de la plataforma petrolera.

Además, “debe hacerse cargo de la limpieza y resarcir a las víctimas”, consignó Cameron.