El próximo jueves, en Londres, se estrenará la última parte de la saga cinematográfica de Harry Potter, y la capital británica es presa del furor consumista.

La saga literaria de J. K. Rowling, de siete libros, vendió cuatrocientos millones de ejemplares en casi setenta lenguas, lo que la coloca casi al nivel de long sellers como la Biblia cristiana y el Libro Rojo de Mao. En cuanto a los filmes, estrenados a partir de 2001, han recaudado seis mil cuatrocientos millones de dólares.

En cuanto al último film, dirigido por el británico David Yates, describe el “enfrentamiento final” narrado en las 300 últimas páginas del séptimo y último libro, dividido en dos para la gran pantalla. Daniel Radcliffe, actor de veintiún años que encarnó al mago en todas las películas, remarcó que ha experimentado "momentos extraordinarios” que no volverá “a vivir jamás”.