Largando desde la séptima posición, Max Verstappen ganó el GP de Italia de F1. Le bastaron cinco vueltas para ponerse segundo a dos segundos de Leclerc. Desde allí cuidó sus neumáticos Blandos, dejó que el monegasco fuera presurosamente llamado a Boxes en la Vuelta 13, durante el brevísimo Virtual Safety Car otorgado por el abandono de Vettel, y estiró su primer Stint hasta la Vuelta 26. Eso fue todo.