Volvió el fútbol europeo con un partido importante: la Supercopa, el duelo que enfrenta a los campeones de ambos torneos continentales. En Belfast, Irlanda del Norte, el Chelsea sufrió demasiado contra el Villarreal y tras empatar 1 a 1 en el partido se impuso 6 a 5 en penales. En los 90, Hakim Ziyech y Gerard Moreno habían convertido los goles.

Fue un partido sin demasiado ritmo, clásico del inicio de la temporada. El conjunto inglés, que puede adaptar su plan de juego a lo que pide el partido, salió a hacerse de la pelota y ejercer un total dominio territorial, pero esa postura le duró apenas un rato.

Villarreal en cambio, tiene otras limitaciones. Tan solo se dedicó a refugiarse y tratar de limitar espacios en defensa, pero sin generar peligro ni una sola vez en ataque hasta que el rival se puso en ventaja.

El campeón de la Champions tuvo un par de chances, primero con un remate inesperado de Timo Werner que apareció detrás de la marca tras un centro y luego con un robo y tiró de afuera del área de N’Golo Kanté. Finalmente, a los 26, tras un pase largo de Marcos Alonso, Kai Havertz desbordó y tiró un centro bajo para la entrada de Ziyech, que con un tiro morido rompió el resultado.

A pesar de la diferencia de jerarquía, con la desventaja, el conjunto español se animó a atacar. Por primera vez sumó gente en ataque y llegó profundo dos veces, una muy clara a partir de una escalada de Juan Foyth que terminó en mano a mano fallado por Boulaye Dia. En la última del primer tiempo, tuvo la más clara tras una tremenda jugada colectiva que terminó con un misil de volea de Alberto Moreno que pegó en el travesaño y pico en la línea.

En la segunda mitad, antes de los 10 minutos, el campeón de la última Europa League volvió a tener una chance clarísima de empate. A partir de una mala salida del arquero Edouard Mendy que se resbaló al sacar, Gerard Moreno se fue mano a mano, definió bien con cara interna pero la pelota dio en el palo.

La dinámica del juego ya se había modificado totalmente. El Chelsea, sin retrasarse pasó a tener una postura muy pasiva y el Villarreal fue a buscar el empate e hizo todos los méritos para conseguirlo. Hasta que finalmente, a los 27 cayó la igualdad. Gerard Moreno tocó con Dia que se la dejó de taco y el hombre de la selección española la colocó con cara interna en el ángulo derecho de Mendy.

Luego del empate, otra vez el Submarino Amarillo le cedió al conjunto londinense el protagonismo. Fue un partido llamativo en ese sentido: ambos parecieron reaccionar ante la necesidad o la obligación. Sin ese condimento, todo fue inactividad. 

En el tiempo suplementario pasó poco, como suele suceder. Chelsea tuvo mayor resto físico pero le alcanzó para poco. Antes de que finalice el segundo tiempo suplementario se dio una situación particular: Thomas Tuchel reemplazó al arquero Mendy por Kepa. El español había sido protagonista de un particular episodio hace unos años. En la final de la Carabao Cup del 2019, cuando el DT del equipo era Maurizio Sarri, Kepa iba a ser reemplazado por Willy Caballero para la tanda de penales, pero el vasco se negó a salir y mantuvo el partido parado durante varios minutos. Finalmente se quedó en la cancha y su equipo perdió ante el Manchster City por penales.

Villarreal no tuvo en el arco al argentino Gerónimo Rulli, que había sido clave en la final de la Europa League contra el Manchester United, en el duelo que el Submarino Amarillo ganó para poder llegar a este partido. Finalmente, y pese a que ambos estuvieron bastante efectivos, Kepa atajó dos y Asenjo sólo uno, por lo que el Chelsea consiguió el título. Es la segunda vez en la historia que el conjunto londinense se alza con este trofeo. La anterior había sido en 1998, y luego había perdido tres finales de este tipo en este siglo.