Tras un comienzo catastrófico en 2022, Mercedes se dedicó la mayor parte de la pasada temporada de F1 a desentrañar, comprender e ir solucionando los múltiples problemas de su auto, para recién en la última parte (sobre todo después de que la FIA subió 10 milímetros el suelo de los autos, agudizando la superioridad de Red Bull y terminando de destruir a Ferrari) empezar a recortarle distancia a la punta hasta marcar un 1-2 sorprendente en el GP de Brasil.