Si bien la ‘silly season’ ('temporada tonta') es un clásico de la F1, que se potencia cuando no hay carreras, y la especie de Hamilton a Ferrari es un clásico de esos brulotes periodísticos, el runrún de un ‘enroque’ entre Lewis Hamilton y Charles Leclerc parece algo más serio. 

El monegasco está exasperado con los constantes arranques desde cero de Ferrari cada tres o cuatro años, que los tienen siempre corriendo de atrás al auto de referencia en cada momento. El joven, talentoso e inestable Leclerc ya parece haber perdido la paciencia, y es visto con delectación por Toto Wolff, que debe lidiar con un heptacampeón veterano y ya en el final de su carrera, molesto por un auto mediocre por segunda temporada consecutiva y por un compañero de equipo con un potencial todavía sin techo. 

En ese contexto, las negociaciones para renovar el vínculo de Lewis y Mercedes vienen desde el año pasado y, si bien ambas partes destacan que el arreglo puede llegar ‘en un instante’ por el nivel de conocimiento entre ellas, también hay tensiones en el equipo. Un Hamilton poco habituado a callarse la boca ya ha tenido varias declaraciones objetando el rumbo del desarrollo y asegurando que les había advertido el banquinazo. 

Mercedes todavía cabildea para presentar una renovación total de su auto. Como Ferrari, preparaba la primera gran ola de cambios para Imola; el GP de Emilia-Romagna iba a disputarse el fin de semana pasado, pero debió suspenderse por las inundaciones en el norte de Italia (luego de tres años de una sequía espantosa en la región). Este fin de semana viene el GP de Mónaco, en donde no tiene sentido presentar mejoras, de manera que el panorama tardará unas semanas más en empezar a aclararse para la escudería alemana. 

En este contexto, asegura el Daily Mail, Ferrari le habría ofrecido unos 46 millones de euros (50 millones de dólares) a Ham para llevarlo a Maranello tan pronto como 2024. ¿Dónde está el problema? Los dos pilotos de la Scuderia tienen contrato para ese año. Sin embargo, el hartazgo de Leclerc con su equipo y la necesidad de Lewis de cambiar de aire, más la predisposición de ambas escuderías a recibir cada una a la estrella de la otra podrían promover un enroque de ribetes históricos. 

Aparentemente, Hamilton y Mercedes no logran ponerse de acuerdo sobre la duración del próximo contrato: Ham quiere un multianual, los alemanes buscan un acuerdo de renovaciones año a año. Todo parece acomodadito para que Ham dé el paso más osado de su carrera desde que abandonó un McLaren todavía encumbrado para subirse al barco de Mercedes, que en ese momento (2012) atravesaba una situación gris como la actual, pero tenía en desarrollo el mejor motor de la historia de la F1, con el que ganarían 7 campeonatos de Pilotos seguidos (seis con Hamilton y otro con Rosberg) y ocho de Constructores… Nada parecido puede ofrecer Ferrari, por ahora, con un Vasseur en proceso de renovación y cambio.