El primer duelo del grupo que encabeza Brasil fue otra muestra de la importancia de la eficacia. Suiza generó bastante menos que Camerún pero tuvo más efectividad y se impuso 1 a 0. El gol lo marcó Breel Embolo, quien, curiosamente, nació en Yaundé, la capital camerunesa.

Por su favoritismo, el equipo europeo debió asumir el protagonismo del encuentro, algo a lo que no está acostumbrado y le generó una enorme incomodidad. Manejó más la pelota, pero de manera muy lenta e intrascendente, por lo que casi no tuvo llegadas.

Por el contrario, los Leones Indomables adoptaron una postura más retrasada y apostaron por ataques veloces y directos. Con esa estrategia generaron varias chances en la primera mitad. Sus tres atacantes, Karl Toko Ekambi, Eric Maxim Choupo-Moting y Bryan Mbeumo tuvieron, al menos, un mano a mano cada uno que desperdiciaron.

En la segunda parte, cuando la historia había comenzado muy parecida, el conjunto helvético armó la primera jugada bien construida desde la mitad de la cancha y convirtió. Granit Xhaka fue astuto y le dio aceleración a la acción con un pase a la derecha, Xherdan Shaqiri tiró un centro veloz por abajo y Embolo apareció, excesivamente solo y con mucho tiempo, para definir tranquilo y marcar el único tanto.

Tras el gol, la dinámica del juego se invirtió, para beneficio de los europeos, que finalmente pudieron hacer lo que saben: jugar de contraataque. Además, los africanos que tanto habían generado con espacios y sin obligación, fueron totalmente improductivos cuando el resultado los cargó de la responsabilidad de ser creativos.

No fue una gran actuación, pero Suiza, que suele cosechar buenos resultados sin rendimientos muy lucidos, dio un paso grande en la búsqueda de pisar fuerte en su zona. Dado este resultado, todo indica que peleará mano a mano con Serbia por la clasificación.