Tras el golpazo de este martes a la mañana, la Selección Argentina puede respirar con un poco más de tranquilidad. En el otro duelo del Grupo C, se dio el resultado que más le convenía. México y Polonia empataron 0 a 0 en un flojo partido. Robert Lewandowski falló un penal en el segundo tiempo.

El equipo que dirige Gerardo “Tata” Martino tuvo más la pelota y la manejó mejor. De todas maneras, sólo tuvo dos chances medianamente claras para convertir en el primer tiempo, un cabezazo de Alexis Vega que se fue por el segundo palo tras un centro de Héctor Herrera y un pase de Edson Álvarez muy profundo para Jesús Gallardo, que no llegó a puntearla.

Los europeos se refugiaron e intentaron salir de contraataque, con un rendimiento de menor a mayor. De todos modos, lo más destacado que mostraron fue cierta firmeza en la última línea y buen juego aéreo, ya que en ataque tuvieron un rendimiento pobre.

En la segunda parte, que fue de dominio aún menos claro, los polacos tuvieron una chance inmejorable de ganarlo. A puro choque, Lewandowski se metió en el área y se puso de frente al arco. Para quedar en esa posición forcejeó con Héctor Moreno y ambos se agarraron. El árbitro, con ayuda del VAR, tomó la decisión reglamentariamente correcta: en caso de sujeción mutua debe sancionarse la que implica una pena mayor; en este caso, el penal.

El propio delantero del Barcelona se encargó de la ejecución y lo hizo muy mal. Tocó suave y de manera muy anunciada hacia la izquierda de Guillermo Ochoa, que se destacó como en casi todos los Mundiales, y atajó el remate.

Más allá de que hubo acercamientos, el cierre del partido evidenció un conformismo mutuo con la igualdad. Ninguno de los dos hizo un esfuerzo denodado, que implique asumir el riesgo de perder, como para ir en busca del triunfo.

El resultado le sirve a Argentina, dado que enfrentará a México el sábado, quien también necesitará puntos y hasta todavía tiene la chance de quedarse con el Grupo C si gana sus dos encuentros. Como contracara, con este resultado también quedó otro escenario sentenciado: si el conjunto nacional pierde el segundo partido, quedará automáticamente afuera de la Copa del Mundo.