A horas del inicio del Mundial, la presidente brasileña, Dilma Rousseff, afirmó este jueves en red nacional de televisión que los "pesimistas" en torno a la celebración de la competición entraron en el terreno de juego "perdiendo". "Como se dice en el lenguaje del fútbol: entrene es entrene, partido es partido. En el partido, que empieza ahora, los pesimistas ya entraron perdiendo. Fueron derrotados por la capacidad de trabajo y la determinación del pueblo brasileño, que no desiste nunca", comentó.

Rousseff aseguró que el país tiene aeropuertos, estadios y energía, en contra de lo que pensaban "pesimistas". "Llegaron también al ridículo de prever una epidemia de dengue en el Mundial en pleno invierno, en Brasil", exclamó. La presidenta brasileña reafirmó que durante la preparación del Mundial el Gobierno no dejó de invertir en salud y educación, al tiempo que apuntó que las cuentas están siendo "minuciosamente analizadas por los órganos de fiscalización".

"Si queda demostrada cualquier irregularidad, los responsables serán castigados con el máximo rigor", dijo Rousseff, quien precisó que el Mundial no acarrea sólo gastos, sino también ingresos. Sobre las protestas, la jefa de Estado aseguró que garantizará la libertad de manifestación y cohibirá los "excesos y radicalismos de cualquier especie".

De acuerdo con Rousseff, para que el resultado del Mundial sea "completo" es necesario que los brasileños sean conscientes de todo lo que sucedió "sin falso triunfalismo, pero también sin derrotismo o distracciones". Insistió además en que los turistas extranjeros serán bien recibidos de la misma forma que, según dijo, los brasileños fueron acogidos en otros países.

Por Continental, Atilio Melo Brazeres, presidente del Sindicato de Metroviarios de San Pablo, señaló que “hay 42 trabajadores despedidos y vamos a tener una asamblea hoy a la noche para ver cómo están las cosas. También tenemos problemas con el salario”.