Más allá de que había un favorito, los antecedentes recientes de ambas selecciones invitaban a pensar en un partido parejo, pero nada más lejano. Portugal trituró a Suiza 6 a 1 y enfrentará a Marruecos en los cuartos de final.

Antes del encuentro hubo controversia. Luego de ser reemplazado en el partido ante Corea del Sur, Cristiano Ronaldo se retiró enojado e hizo gestos y comentarios contra el entrenador que todo el mundo pudo ver. Los hinchas se volcaron en favor del DT y reclamaron que el ídolo sea suplente.

Fernando Santos decidió tomar ese riesgo y le salió bárbaro. Lo sentó con los suplentes y lo reemplazó por Gonçalo Ramos, delantero del Benfica, que la rompió e hizo tres goles. De hecho, fue quien destrabó la goleada: cuando había pasado poco, en 17 minutos, recibió en el área con la marca encima y de zurda sacó un misil totalmente inesperado al primer palo para el 1 a 0. Un rato más tarde, tras un tiro de esquina de Bruno Fernandes, Pepe, a sus 39 años, dio un salto tremendo y en el área chica conectó de cabeza para el segundo. 

El conjunto helvético está identificado con la dureza defensiva y cuando le abrieron el juego de manera inesperada se quedó sin ideas. Fue casi borrado de la cancha, a excepción de un tiro libre de Xherdan Shaqiri que se fue cerca del palo izquierdo.

En la segunda mitad, el conjunto luso tenía dos opciones: especular o aprovechar cada contraataque con mucha gente para liquidar la historia. Se inclinó por la segunda opción y lo hizo muy bien. En 10 minutos hizo dos goles más. Primero, Ramos anticipó en el primer palo tras un desborde y centro de Diogo Dalot y marcó el tercero, y un rato más tarde, tras un contraataque genial, Raphael Guerreiro recibió un pase de Joao Félix, que la rompió, y fusiló a Yan Sommer.

Casi inmediatamente después, Suiza descontó e invitó, durante un instante, a creer que el partido tenía mayor vida. Shaqiri tiró un centro, Ramos quiso despejar pero peinó hacia atrás y Manuel Akanji la empujó en el segundo palo.

Pero Ramos, que sin dudas se ganó el puesto, no permitió ilusión alguna. Enseguida aprovechó una jugada brillante de Brunos Fernandes y Joao Félix y, ante la salida del arquero, la picó con sutileza.

Los últimos 20 se jugaron solamente para que entre un rato CR7 y busque su gol. Tuvo una oportunidad que le anularon por fuera de juego, pero, finalmente, no pudo convertir. Sin embargo, el que si la metió fue Rafael Leao, que siempre ingresa en los segundos tiempos y aporta lo suyo. Enganchó por atrás de un pie y le dio fuerte y cruzado.

Portugal, que silbó bajo hasta los octavos, pisó fuerte y reclamó el mote de candidato. En cuartos de final enfrentará a Marruecos, que ha dado múltiples sorpresas, pero que parece un rival accesible. Más allá de haber perdido el puesto, la de CR7 es una oportunidad inmejorable para llegar lejos en un Mundial, como lo hizo en 2006.