Fue una masacre deportiva. Una demostración de poderío sin igual. Hasta este partido no había habido una sola selección que no atravesase al menos un tramo de incomodidad en su partido de octavos de final. Pero, para Brasil no hubo ni un segundo de dudas. Goleó 4 a 1 a Corea del Sur con goles de Vinicius Jr., Neymar, Richarlison y Lucas Paquetá e irá contra en Croacia en cuartos.

El partido se terminó literalmente en 13 minutos. Para ese entonces, el pentacampeón ya ganaba 2 a 0. El primero llegó tras una brillante jugada colectiva en la que un mínimo fallo en un cierre de un jugador coreano abrió la puerta a una ráfaga imparable. Raphinha desbordó por derecha y tiró un centro. Nadie la empujó de primera, pero, por el segundo palo, Vinicius Jr. la paró y con sutileza la acomodó contra el palo más lejano.

Casi inmediatamente después, Richarlison fue a pelear una pelota perdida al área, anticipó a su marcador y recibió un mínimo golpe producto de un intento de rechazo fallido de Jung Woo-young. El juez sancionó penal y Neymar se hizo cargo de la ejecución. Definió con una delicadeza casi indescriptible. Soltó pelota casi como con asco ante un arquero que hizo todo tipo de movimientos inútiles para intentar confundirlo.

Todo lo que vino después sobró. El partido estaba simplemente acabado. El equipo de Tité hizo dos goles más, pero podría haber hecho el número que quisiera y de la manera que quisiera. Hubo jugadas a un toque, hubo apiladas a pura gambeta e intentos de piruetas extravagantes. Todo fue un show.

El tercero fue obra de Richarlison, quien se dio el gusto de hacer jueguitos con la cabeza y combinar pases con los dos marcadores centrales volcados al área rival antes de convertir. El cuarto, producto de un toqueteo desesperante que concretó Lucas Paquetá por el centro.

Si desde los 13 minutos el partido ya no tenía sentido, el segundo tiempo debió directamente clausurarse. La verdeamarela se tomó unas vacaciones de 45 minutos, en las que igual tuvo chances de convertir algún gol más, se dio el lujo hasta de cambiar al arquero Alisson por Weverton y, finalmente, le permitió al equipo asiático volverse al menos con un descuento.

Hwnag He-chan, el más peligroso de los coreanos, aprovechó un despeje corto tras una pelota parada y sacó un zurdazo fulminante que, a pesar de la dura eliminación, seguramente nunca olvidará.

El gran candidato desfiló por los octavos de final y se prepara para uno de los cruces más accesibles de cuartos de final. Si bien enfrentará al vigente subcampeón del mundo, por lo mostrado por ambos en esta Copa del Mundo, el scratch no debería tener inconvenientes para llegar a las semifinales.