Que los arbitrajes sean malos en Sudamérica apena, pero ya no sorprende. Incluso, en el encuentro entre Olimpia y Flamengo que los brasileños ganaron en Paraguay por 4 a 1, hubo un penal inexistente que los jueces le dieron al visitante con ayuda del VAR y que significó también anular una expulsión anterior a un jugador del equipo carioca. Pero, lo que con lógica sí genera un enorme impacto, es que un futbolista en el mismo partido termine yéndose en ambulancia al hospital y con suero por un golpe en el rostro, y que esa acción no tenga ninguna consecuencia.

A los 23 minutos, Víctor Salazar, ex Rosario Central y San Lorenzo fue a disputar la pelota con el uruguayo Georgian De Arrascaeta. Tras el choque en la pelea por la posesión, el hombre de Flamengo le propinó un golpe directo al rostro. Más allá de que cada uno puede juzgar la intención, la misma no debe ser valorada por los árbitros del partidos. El golpe existe y las consecuencias fueron severas.

Los insólitos audios del VAR

Tras varios minutos en el piso, Salazar fue asistido por una ambulancia y llevado a un hospital donde pasó la noche. Según el médico del equipo paraguayo, el futbolista está internado en cuidados intensivos, aunque lúcido. Padeció perdida de conocimiento y convulsiones como consecuencia del impacto y según informan desde Paraguay también una fractura de la órbita ocular. En consecuencia, y por los fuertes dolores de cabeza, sigue en observación.

Otro ángulo de la violenta acción

Todos los jueces del encuentro fueron argentino. El árbitro principal fue Fernando Rapallini, los líneas Juan Pablo Belatti y Diego Bonfá, el cuarto árbitro Darío Herra y el encargado del VAR, quien definitivamente más responsabilidad tiene por la naturaleza de la jugada y por los diversos ángulos de cámara con los que contó para juzgar la acción, fue el flojísimo Mauro Vigliano. Los beneficiados por todas las acciones discutibles, una vez más, fueron los brasileños.